Música y bienestar emocional en personas con autismo.

Adolescente escuchando música

El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por dificultades en la comunicación social, patrones de comportamiento repetitivos y una amplia variabilidad en las habilidades cognitivas y emocionales. En muchos casos, los adolescentes con autismo experimentan altos niveles de estrés y ansiedad debido a la sobrecarga sensorial, las dificultades para comprender las emociones propias y ajenas, y los cambios en su entorno social y cotidiano.

En este contexto, la música emerge como una herramienta poderosa para la gestión emocional, ofreciendo un medio accesible y no verbal para que estos adolescentes puedan regular su estado emocional y mejorar su bienestar general. En este artículo, exploraremos cómo la música puede ser utilizada para reducir el estrés y la ansiedad en adolescentes con autismo, presentando ejemplos prácticos, estudios respaldatorios y recursos útiles para profesionales y familias.

El impacto emocional de la música en adolescentes con autismo

Los adolescentes con TEA suelen ser más sensibles a los estímulos sensoriales, lo que puede generarles angustia o incomodidad. La música, sin embargo, actúa como un puente entre el mundo interno del joven y el exterior, facilitando la expresión emocional y el manejo de sensaciones difíciles.

La música y la regulación emocional: La música tiene la capacidad de regular la actividad cerebral. Según estudios, escuchar música puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y promover la producción de dopamina, un neurotransmisor asociado con el bienestar. Los adolescentes con autismo, que a menudo experimentan dificultades en la regulación emocional, pueden encontrar en la música una herramienta valiosa para calmarse en momentos de ansiedad o frustración.

Evidencia científica del uso de la música en el TEA: Varios estudios han mostrado los beneficios de la música en la gestión de la ansiedad en personas con TEA. Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad de Miami encontró que los niños y adolescentes con autismo que participaron en sesiones de musicoterapia mostraron una disminución significativa en los niveles de ansiedad y una mayor habilidad para gestionar sus emociones. Además, la música también favorece la mejora de las habilidades sociales, ya que puede promover la interacción en grupos y fortalecer la comunicación no verbal.

Estrategias prácticas para integrar la música en la gestión emocional

Música relajante para momentos de ansiedad:
Escuchar música suave y calmante, como melodías instrumentales o sonidos de la naturaleza, puede ayudar a reducir la ansiedad en adolescentes con TEA. Esta práctica es particularmente útil durante momentos de sobrecarga sensorial o cuando el joven se siente abrumado. Se recomienda crear una lista de reproducción personalizada con canciones que el adolescente disfrute y que le proporcionen un sentido de calma.

Ejemplo práctico: Maria, una adolescente con autismo, solía sentirse ansiosa antes de las actividades sociales en su escuela. Su terapeuta le sugirió escuchar música relajante en su dispositivo móvil durante unos minutos antes de la actividad. Con el tiempo, Maria aprendió a asociar ciertas melodías con la relajación, y esto le ayudó a reducir su ansiedad.

Música activa para promover la expresión emocional:
La creación de música, ya sea a través de instrumentos o con aplicaciones interactivas, ofrece a los adolescentes con TEA una salida creativa para expresar sus emociones. Los adolescentes que tienen dificultades para comunicar sus sentimientos verbalmente pueden encontrar en la música una forma alternativa de externalizar lo que sienten.

Ejemplo práctico: Juan, un joven con autismo, solía experimentar frustración cuando no podía expresar sus emociones. Su terapeuta introdujo instrumentos como la pandereta y un tambor en las sesiones, lo que permitió a Juan canalizar sus emociones a través de la percusión, liberando tensiones y mejorando su estado emocional.

Canto como herramienta de autorregulación:
El canto tiene un efecto terapéutico sobre el cuerpo. Cantar puede liberar endorfinas y promover la relajación. Para los adolescentes con TEA, cantar no solo fomenta la autorregulación, sino que también puede servir como una forma de socialización, especialmente si lo hacen en grupo.

Ejemplo práctico: En una sesión grupal de musicoterapia, un adolescente con autismo llamado Pablo comenzó a cantar junto a otros compañeros de su clase. A medida que avanzaba la actividad, Pablo se sentía más relajado y menos ansioso. El cantar en grupo promovió la interacción social y mejoró su bienestar emocional.

Terapia musical como intervención estructurada:
La musicoterapia dirigida por profesionales capacitados es una herramienta altamente efectiva para adolescentes con autismo. A través de actividades como la improvisación musical y el canto, los terapeutas pueden ayudar a los jóvenes a identificar y regular sus emociones, promoviendo la comunicación y la inclusión social.

Ejemplo práctico: En un programa de musicoterapia, Natalia, una adolescente con autismo, comenzó a tocar el piano bajo la guía de su terapeuta. A través de la música, Natalia fue capaz de expresar su tristeza y ansiedad, y con el tiempo, aprendió a utilizar las notas y los ritmos como una forma de calmarse cuando se sentía estresada.

Recursos para integrar la música en el día a día

Aplicaciones móviles:
Herramientas como «Smule» para cantar en línea o «Simply Piano» para aprender a tocar instrumentos, pueden ser útiles tanto para adolescentes con TEA como para profesionales y familias de los mismos. Estas aplicaciones permiten crear música de manera divertida y accesible, brindando a los jóvenes una vía creativa para la expresión emocional.

Instrumentos musicales accesibles:
Instrumentos como la pandereta, xilófonos o teclados pequeños son adecuados para adolescentes con habilidades motoras limitadas. Los sonidos suaves y las vibraciones también pueden ser una forma de estimular la percepción sensorial sin abrumar al adolescente.

Sesiones de musicoterapia:
Contar con un musicoterapeuta especializado en TEA es fundamental. Las sesiones personalizadas pueden incluir actividades de improvisación, escucha activa y canto, adaptadas a las necesidades del adolescente.

Conclusión

La música ofrece un sinfín de posibilidades para apoyar a los adolescentes con autismo en la gestión del estrés y la ansiedad. Ya sea a través de la escucha relajante, la creación musical o la terapia estructurada, la música puede ser una herramienta poderosa para promover el bienestar emocional y ayudar a los jóvenes a conectar con sus emociones. Al incorporar la música de manera consciente y adaptada, tanto profesionales como familias pueden proporcionar un entorno de apoyo que favorezca la autorregulación emocional y la inclusión.

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Hola,
Mi nombre es Julieta Díaz

Soy Profesora de Educación Especial, dedicada a promover prácticas inclusivas. Acompaño a familias y docentes con herramientas para crear entornos de aprendizaje accesibles y equitativos. Creé Apoyo Inclusivo para compartir recursos y hacer de la inclusión una realidad.
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